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Quienes somos?

El dr. Frog es un pensador y filósofo y místico que lleva más de veinte años vagando por los misterios ocultos del conocimiento humano, viviendo y experimentando la realidad de una forma peculiar y única. Su formación le ha llevado a profundizar en disciplinas y ciencias holísticas como la astrología védica, la cábala, el diseño humano, las claves genéticas o el U-Ching (la mutación del libro chino, I-Ching). La culminación de su investigación se refleja en el libro Odissea 2021/2027. Regreso al origen, un salto cuántico, que estaría apuntando a la dirección de un cambio de paradigma; una configuración distinta de la realidad, mucho más orgánica y acorde con los ritmos naturales, en la que nos reconocemos como seres conscientes y multidimensionales, parte de la Historia Cósmica.

África es filósofa, científica y activista por la justicia ecosocial. Graduada en Ciencias Ambientales y Máster en Humanidades ecológicas.

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ALUA es artista, alquimista, activista cósmica y profesora. Tiene una fuerte conexión con Gaia. También representa a Shakti o al poder creativo de la Vida, en contraposición al control y dominio de la realidad tecnócrata. Es una protesta frente a la posesión, supresión o violación de la fuerza femenina. Una reivindicación de las raíces, la fertilidad y la Tierra, lo que nos nutre y cuida para disfrutar y celebrar la alegría del buen vivir.

Dr. Frog

Las ranas han sido criaturas intrigantes que han cautivado la imaginación de distintas culturas durante siglos. Estos anfibios no sólo son importantes en el mundo biológico; también tienen significados simbólicos en el folclore o la espiritualidad. ¿Pero qué simboliza exactamente la rana? ​

La rana aparece en varias historias mitológicas y tradiciones espirituales en todo el mundo. En el antiguo Egipto, la rana se asociaba con la fertilidad y el renacimiento, gracias en parte a la diosa Heket, a la que a menudo se la representaba como una rana. En los cuentos de los nativos americanos, la rana representa transformación y crecimiento.

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Los primeros cristianos las incluyeron en sus rituales. Una rana reposando sobre una flor de loto, símbolo del poder reproductor, o simplemente sola, era la forma escogida para las lámparas ceremoniales utilizadas en las iglesias primitivas y en la que se grababan las palabras “Yo soy la Resurrección y la Vida”.

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En Japón se tiene como protectora de los viajeros, ya que se dice que la rana vuelve siempre a su punto de partida y la palabra kaeru, con la que se denomina a la rana, significa también devolver.

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En la poesía védica, las ranas se presentan como la encarnación de la tierra fecundada por las primeras lluvias de primavera; su corazón se eleva entonces para agradecer al cielo las promesas de frutos y riquezas hechas a los hombres. Ellas son los chantros, los sacerdotes de la Tierra Madre que entonan los himnos recogidos en el Rig Veda.

La Rana es símbolo de transformación, de renacer sin miedo, de dejar atrás la piel vieja y saltar hacia lo desconocido. Su canto anuncia la llegada de nuevas lluvias, que purifican el alma y fecundan la vida.

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En su pequeño cuerpo habita la magia de la abundancia, puesto que donde hay ranas, la tierra es fértil, y donde su voz resuena, la suerte florece. Quien le escucha recibe un mensaje del destino: es hora de cambiar, de crecer, de fluir.

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